El casco urbano de Terrinches se sitúa en un valle surcado por numerosos arroyos que venían a confluir donde hoy se encuentra su Plaza Mayor, donde existió en el siglo XVIII un puente “grande” que también servía de acueducto para surtir a la fuente pública. En la morfología urbana es típicamente medieval, predominando las calles de traza irregular adaptadas a la orografía. El Castillo y la Iglesia Parroquial se sitúan actualmente en los arrabales sur y este, respectivamente, de la localidad.
Hoy sabemos que los orígenes de Terrinches deben llevarse, al menos, hasta la época romana. Un asentamiento de esa época se ha localizado bajo la Ermita de Nuestra Señora de Luciana, junto al histórico Camino de Aníbal. Miñano la califica como una “de las villas más antiguas del Campo de Montiel”. La localidad aumentó sus habitantes al recibir a los pobladores de la cercana aldea de El Hinojo, lugar “pequeño y de poca vecindad” que había sido víctima de agresiones de “robadores y salteadores y otras personas de mal vivir” debido a su escasa defensa.
Hoy sabemos que los orígenes de Terrinches deben llevarse, al menos, hasta la época romana. Un asentamiento de esa época se ha localizado bajo la Ermita de Nuestra Señora de Luciana, junto al histórico Camino de Aníbal. Miñano la califica como una “de las villas más antiguas del Campo de Montiel”. La localidad aumentó sus habitantes al recibir a los pobladores de la cercana aldea de El Hinojo, lugar “pequeño y de poca vecindad” que había sido víctima de agresiones de “robadores y salteadores y otras personas de mal vivir” debido a su escasa defensa.